Flor de Loto (una vuelta más al sol)


Es fácil admirar la superficie, ver la belleza y el atractivo que nos muestra contemplar el crecimiento y su florecer, los delicados aromas desprendidos, los colores vivos y radiantes, el atractivo magnético llamando las miradas, la tersura al tacto en sus pétalos, el todo representado captado por los sentidos.

Y yace ahí madurando, flotando gentilmente en el estanque moviéndose al vaivén de las ondas que viajan sobre el agua, dichosa de su color único y del perfume que desprende sin igual, quién se atrevería a explorar que es una flor muy peculiar.

Aquel curioso, atraído por su esencia decide adentrarse a su mundo confirmando los matices de su dulzura y belleza, que mas allá de la superficie comienza a descubrir un ser más complejo, cierto que está sobre el estanque y se pregunta qué hay debajo.

Descubre las raíces, unas frágiles otras fuertes, algunas descienden prístinas, algunas un tanto maculadas, se introducen en el fango, esa especie de arcilla densa por el agua así nutriéndose del inframundo pero también del cosmos.

Necesita pues por su naturaleza de arriba y abajo, de obtener los elementos desde un equilibrio, la sombra-luna exacta y la luz-sol adecuada para poder expresar y manifestar su radiante vida.

Quien se adentró a conocer su ser y ella permitirlo, a desnudar su esencia y tener el valor de mostrar sus partes frágiles, su lado más oculto; es de reconocer abrirse a la vulnerabilidad, a expresar su deseo maravilloso de vivir, de que por naturaleza asegura protegerse de las inclemencias presentes y futuras de un clima adverso, de que quizá ha de dejarse llevar un poco por el flujo del estanque para alejarse de un sol abrazador o situarse sobre una abonada arcilla, tal vez ha de dolerse un poco pues al moverse un tanto tiene que liberar las raíces; eso dicta la naturaleza. 

Aunque por instinto lo sabe, aún es una flor joven que está aprendiendo de la existencia, el predecir el clima conlleva equivocarse y puede que le exija uno que otro esfuerzo. Y es que el estanque aumenta, o decrece; en ocasiones cambia un tanto de lugar o quizá un torrente inesperado le depare un poco alejada de su origen, haciéndola sentir temerosa y preocupada, sufriendo por regresar a aquel lugar que antes pues le hacía sentir segura, en algún momento ha de comprender que todo cambia y es impermanente, que por obstinación puede fracturar sus raíces si decide quedarse.

Que añorar el pasado y al regresar ya nada será diferente, que el estanque ya no le nutre como antes, que la cantidad de agua ya no es suficiente, que algún árbol ensombrece el lugar presente haciéndolo no adecuado, que ya creció y el espacio es pequeño para seguir floreciendo; así continuar abriendo sus mil pétalos uno por uno hasta madurar lo suficiente para mostrar la grandiosa y radiante luz en su interior. Viviendo su existencia hasta alcanzar la expresión máxima de plenitud, regocijo y gratificación, la capacidad para obtener el equilibrio entre el inframundo y el cosmos.

Flor de loto sabia que te descubres a ti misma, no olvides, no deseches lo vivido y compartido pues pude ver en tu interior que eres capaz de florecer por ti misma, que en tu estar temporal igualmente me hiciste aprender, regalándome quizá sin querer, grandes lecciones de impacto en mi vida, tomando un poco o tanto de ti para hacer alguien mejor de mí, de mis algos, trivialidades, propuestas, recuerdos e instantes comunes en ese tiempo y espacio construido, compartimos nuestros sentires más propios e íntimos. En ese encuentro mutuo también puedo decir que, conociéndote a ti, me conocí un poco más a mí. 

Musa de mi recuerdo, por el amor y cariño vivido, agradezco infinitamente nuestro encuentro en el sendero y la maravillosa experiencia de tu presencia, deseo genuinamente que sigas floreciendo y radiando luz a la existencia, sea.

Flor de loto, a causalidad sin esperar o destino, que nos llene de feliz asombro la vida si en algún momento hemos de encontrarnos.

in lak'ech - hala k'in 

Ľυίṣ Λṃᾰṳṙẙ ɌН

Comentarios

Entradas populares