Veritas

Holding On and Letting Go by Vanessa Lemen

En la cotidianidad son constantes los momentos en los que tratamos de tomar la decisión correcta, de si nuestro actuar es lo adecuado y así no correr riesgos o equivocarnos. Pensamos y analizamos con fundamento a nuestra experiencia, el contexto de la situación y lo que sentimos. Queremos "atinarle" a la respuesta correcta, la verdadera.

Pareciera que dicha "verdad" es algo externo y fijo, un especie de entidad de información o saber que ha de otorgársenos, la buscamos en los demás a través de cuestionamientos, quizá ellos tienen un indicio que demarque el punto preciso donde ésta se encuentra; un especie de mapa que nos guíe, o esperando que el otro realmente dé la respuesta verdadera, la resolución.

De cierta manera es natural valorar si lo que deseamos hacer es lo adecuado dado que esperamos que las cosas salgan bien, que no nos genere angustia o algún sentimiento displacentero y mucho menos si es dolor. Tener la verdad supone la ilusión de seguridad y certeza, empoderamiento y voluntad sin dudas, para manejar la situación si está no se sale del margen de nuestro control y capacidades.

También la moral individual nos permite "determinar" cuales son las acciones o conductas adecuadas para el correcto hacer, aunque esta está directamente influenciada por nuestra experiencia de vida y las normas sociales internalizadas, que justamente lo social puede ejercer un gran peso en cómo concebimos el deber ser y hacer, el sentido sobre lo correcto, incluso el tipo de motivaciones que "dan sentido" a nuestra vida; pareciera que la verdad esta determinada por lo "correcto".

Puede decirse entonces que la verdad como algo concreto no existe, solo le llamamos así a la serie de elementos internos justificados que suman la suficiente pero arbitraria "energía" necesaria que nos permite decidir y hacer, es decir la realización de algo por medio de la voluntad interna, aunque quimérica, aunque mutable e indeterminada, variable en temporalidad y situación contextual.

Incluso en ocasiones caemos en el ingenuo y megalómano error de usar la verdad como ley y realidad, o confundirla con el saber y el conocimiento.

Ľυίṣ Λṃᾰṳṙẙ ɌН

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