EL ESCRITO DE JUAN Y SU ÚLTIMA SESIÓN.

Había una época en la que me aferraba con fuerza a la idea de que era especial. Pensaba que mi perspectiva única me hacía destacar, pero lo que no me daba cuenta era que esta creencia actuaba como una especie de barrera, impidiéndome sumergirme por completo en la realidad compartida. Un día, en medio de mis propias reflexiones, tropecé con una idea reveladora: dejar atrás la noción de ser "especial" podría ser la clave para mejorar mi salud mental.

Me embarqué en un viaje hacia la comprensión personal, cuestionando la raíz de mi creencia en mi singularidad. ¿Realmente era beneficioso considerarme tan excepcional? La tarea de reconciliar mi ego se presentaba desafiante, pues significaba reconocer que todo lo que pensaba y sentía estaba profundamente arraigado en mi propia perspectiva.
Descubrí que abandonar la idea de ser especial no implicaba perder mi identidad; al contrario, era una oportunidad para integrarla de una manera más saludable. La reconciliación del ego se convirtió en un ejercicio de humildad, aceptando que mis vivencias eran solo una pequeña parte en el vasto océano de experiencias humanas.
Poco a poco, comencé a notar cómo cada persona veía el mundo a través de su propia lente única. Me di cuenta de que lo que consideraba mi verdad no siempre coincidía con la realidad general. Este despertar me llevó a una nueva comprensión: nuestras percepciones son subjetivas, y la realidad, aunque compartida, puede ser interpretada de maneras infinitamente diversas.
Con el tiempo, experimenté una transformación en mi salud mental. Al liberarme de la carga de ser "especial", me permití conectarme de manera más auténtica con quienes me rodeaban. Descubrí que al aceptar la diversidad de perspectivas, no solo cultivaba relaciones más significativas, sino que también me liberaba de la presión autoimpuesta de ser único.
En este fascinante viaje psicológico, aprendí que la salud mental florece cuando nos permitimos abandonar la ilusión de la singularidad y abrazamos la riqueza de la diversidad humana. En la reconciliación del ego, encontré una clave para vivir de manera más plena y en armonía con la verdad compartida que todos compartimos.
— Juan N.

El pianista, Valeria Lakrisenko 🎨

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