Aquello de lo que no se puede hablar.


Después de darle vueltas constantemente y en la búsqueda por comprender la "existencia", la " realidad última", llegó a un punto donde la razón y el lenguaje se ven limitados por el vació, lo inefable, ya no es posible ir más allá con el pensamiento, ya no es posible razonar, ocurre un corto circuito en la mente y en ocasiones surge la frustración, ya sólo es posible contemplar sin juzgar, observar, callar y escuchar.

No hay nada que ya surja de la mente, no hay nada que puedas hacer, sino sólo estar, sólo ser en silencio, en la nada, en el vació, contemplar con gracia los eventos impredecibles, el juego de las motas de polvo sobre el haz de luz, movimientos inciertos y juguetones; surge el asombro de lo que sucede cuál niño que se entretiene en lo desconocido, aprehende divirtiéndose, en una paz interna volviéndose uno con esa luz y esas motas de polvo.

Sólo observa y calla, no pongas nombre al suceso, no describas lo que ocurre, no busques identificarte, deja que pase; eso es meditar...ॐ
Ľυίṣ Λṃᾰṳṙẙ ɌН.

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