La Sombra.

Tomasz Alen Kopera
Poco se atreven a ir ahí,
sus ojos no la pueden ver, 
porque sienten temor 
a aquello su desconocido, 
su parte mas oculta, 
su parte menos explorada.

Si quieres viajar ahí
tienes que hacerlo solo,
nadie puede acompañarte 
pero tampoco obligarte,
los que van son pocos;
se requiere un tanto de valentía,
un tanto de vulnerabilidad,
para así poder lanzarse 
a dicho viaje interior.

En ese tu camino
te enfrentas a tus fantasmas,
puede ser al temor
o quizá al dolor
también la ira,
tal vez al vacío
de tu propia existencia,
descifrando laberintos
de memorias perdidas.

Deteniéndote frente a muros
enramados de nostalgias;
cierto que corres el riesgo
de perderte, de olvidar 
la intención de tu viaje
pues la sombra puede atraparte,
pero puedes evitar de ello
si en un inicio entraste al umbral
portando la chispa de luz.

Al principio pareciera que entras al inframundo,
un lugar completamente desconocido,
es por eso que sientes temor,
pero mientras mas exploras y
te familiarizas con ello,
entonces el miedo desaparece,
comienzas a darte cuenta 
que no solo de oscuridad se trata,
el sufrimiento se desvanece,
la curiosidad aumenta
y quieres llegar al final.

Al final te encuentras con un espejo,
que no es nada mas que un reflejo
una imagen idéntica a ti,
ese otro que creías opuesto,
esa escisión de tu dual,
el que percibías como antagónico,
al que tanto combatías 
en una lucha sin fin,
que se nutria de la batalla
que te debilitaba por cada estocada.

Al final te encuentras con un espejo,
que solo es tu reflejo.

Al final ya no hay un espejo,
tu reflejo solo era una ilusión por ti creada.

Al final nunca hubo espejo, entrégate, cesa la lucha, abraza tu reflejo, vuélvete uno.

Ľυίṣ Λṃᾰṳṙẙ ɌН.

Comentarios

Entradas populares