DE CUANDO LLEGAS MUY PRONTO.

En este momento, no me sienta bien la idea de la dependencia, al menos en la parte que pregona la psicología pop, como si fuera algo negativo cuando ocasiona dolor, pero positivo en otras ocasiones porque da seguridad, aunque parece que depender no es algo bien visto.

Y desde esta perspectiva, hay dependencia o no hay dependencia, pero como el quererte está estrechamente relacionado con la dependencia, entonces parece que o se siente o no se siente, quieres o no quieres; es casi como ese estado de incertidumbre del gato de Schrödinger metido en la caja donde no se sabe si está vivo o muerto.

Con esta dualidad en mente, no hay muchas opciones, puesto que lo que siento existe a razón de ti, y en este momento me es inconcebible que desaparezcas nada más porque sí, es decir, que dejes de existir, y que la única solución para no sentir es que ya no estés aquí dentro de mí; que tenga que dejar de sentir-te, y que esto depende de una correspondencia mutua, pero no puedo negar sentirme insuficiente.

Quizá llegué muy pronto, y si fuera egoísta aquí diría: “No me quiero ir, Sr. Stark”, y es que es un tanto confuso cómo, si bien ambos decimos y reconocemos querernos, no puede haber forma de que me correspondas. Pero entiendo también que no lo deseas, pues hay cosas que tienes que resolver. También diría que sí, que va, y te espero, asumiendo con convicción personal lo que eso conlleva, y que si fueras egoísta también dirías lo mismo. Me gustaría que todo esto fuera una prueba donde ves cuánto estoy dispuesto a darme a ti, pero a la vez no me gustaría que lo fuera, porque en lugar de una prueba preferiría que me dijeras lo que tú necesitas y es importante para ti, pero que en este momento yo no te puedo dar.

Quizá llegué muy pronto, pero debo decirte que hay algo que tengo bastante claro en mis convicciones sobre lo que quiero en una relación, y esto es independiente de ti, pero es producto de mis experiencias. Creo que un vínculo sí implica dependencia y confianza, donde el “proteger y ser protegido” debe ser un espacio primordial y seguro; es una de las más grandes sensaciones que podemos permitirnos. Un vínculo también es crecimiento mutuo, tomamos parte del otro para ser mejores, es aprendizaje, pues los retos siempre estarán presentes, y es acompañamiento, donde se comparten experiencias. Es donde puedes descansar por un momento y donde la vulnerabilidad y soledad individual pueden ser arropadas con seguridad y amor, pero desde esta postura no podría construirlo contigo porque no hay un espacio mutuo donde crearlo.

Quizá llegué muy pronto, quizá el tiempo no me favoreció; creí ver por un momento un destello de posibilidad, como si la luz de una estrella fuera el cerrojo de una puerta hacia un mundo maravilloso. Pero me gustaría pensar que si mientras nuestras vidas avanzan por caminos distintos, quizá sin querer, yo mire y me encuentre nuevamente esa estrella, y al mirar la luz que se filtra a través del cerrojo, pueda ver cuando yo cocino para tí, cuando cantamos a todo pulmón mientras viajamos por carretera a algún bello lugar, escuchando un coro de alguna capilla, en algún teatro quizá, paseando por un pueblo o bebiendo un rico café, creando recuerdos, historias, qué sé yo, solo quise fantasear un poco.

Deseo con el cariño que te tengo que puedas superar tus desafíos personales, que florezcas en tu crecimiento y que alcances la plenitud que mereces.

Quizá llegue alguna vez a tiempo y al fin pueda decir sin dolor: te quiero…

- LARH.



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